En la era actual se puede considerar que vivimos en la época de lo digital, donde la tecnología y la conectividad reinan y hacen de nuestra vida, algo más sencillo en cuanto a acceso y tareas. Ahora bien, claramente, esto ha traído consigo muchas ventajas para los usuarios que han sabido adaptarse a dichas tecnologías, sin embargo, también ha ocasionado que el arte tenga que buscar una nueva manera de reinventarse para poder seguir vigente. La realidad es que como sociedad, debe de ser deber de todos el valorar el arte, apreciar la diversidad de expresiones y reconocer la importancia de su impacto en nuestras vidas. A continuación, te contamos un poco más sobre diferentes maneras en las que podemos contribuir a la valoración del arte en la coyuntura actual:
La posibilidad de una diversidad artística nunca antes vista
En la sociedad digital, la conectividad global ha permitido el acceso a una variedad de formas artísticas de todo el mundo. La realidad, es que como seres humanos, por primera vez nos vemos frente a esta nueva posibilidad de consumir arte, ya que durante muchos años, podíamos únicamente tener acceso a un determinado tipo de arte. Sin embargo, las nuevas tecnologías nos permiten poder tener contacto con diferentes formas de expresión artística a lo largo del mundo y lo mejor, es que incluso, en muchos casos nos permiten poder conectar con los mismos artistas. No cabe duda que esta nueva forma de ver el arte puede cambiar por completo todo lo que conocíamos antes, siempre y cuando seamos capaces de valorar el arte en este contexto, y con ello, ser capaces de apreciar la riqueza de perspectivas culturales y la fusión de estilos que la tecnología ha facilitado. Así, casi sin darnos cuenta, podremos comenzar a disfrutar de arte de cualquier parte del mundo y de esta forma, continuar apoyando a todos esos artistas a nivel mundial que buscan un espacio para crecer.
Las nuevas tecnologías y la democratización del arte
Las plataformas digitales sin duda alguna han sido capaces de democratizar el acceso al arte, permitiendo a artistas emergentes compartir su trabajo sin las limitaciones tradicionales. Anteriormente, únicamente quienes tenían el poder económico y los medios, eran capaces de mostrar su arte, lo que sin duda hacía que como humanidad, nos perdamos de grandes obras artísticas que nunca vieron la luz. Sin embargo, la llegada de las nuevas tecnologías ha permitido que todos lo usuarios tengamos las mismas oportunidades, y que todos encuentren en la red un espacio para poder darse a conocer. De esta forma, la democratización permite que una mayor audiencia pueda tener acceso al arte, y además, permite que como seres humanos, seamos capaces de explorar ese lado artístico del que no siempre se habla. La realidad, es que las tecnologías, nos permiten adentrarnos a este mundo y poder encontrar en él nuestro nuevo hobbie, o simplemente, limitarnos a consumirlo.
La retroalimentación del arte actual
Las diferentes tecnologías nos han demostrado que existen nuevas formas de comunicación y de interacción siendo la interactividad un aspecto que puede llegar a redefinir la experiencia artística en la sociedad digital. Todo esto ya que en la mayoría de los casos las diferentes exposiciones en línea y las obras online permiten recibir una retroalimentación en tiempo real nunca antes observada. Esto hace que en la actualidad, el arte vaya más allá de ser una contemplación pasiva, para convertirse en un momento de interacción donde los usuarios pueden compartir sus experiencias, sentimientos y pensamientos incluso con el mismo artista. Esto permite que el arte ya no sea estático, sino que entorno a él se puedan crear canales de diálogos y que los espectadores dejen ese papel pasivo de observar el arte y tomen las riendas de dicha actividad. Sin dudas, esta puede ser una de las mejores formas de revivir el arte, ya que el compartirlo con los demás, o dar nuestros puntos de vista es clave para que cada vez más personas se vean interesadas por este tipo de actividades.
El arte y el impacto en la identidad cultural
No cabe duda que la tecnología ha influido profundamente en la construcción de identidades culturales y en esto, el arte también ha puesto su granito de arena. Al día de hoy, no solo se haba de comprender cómo las expresiones artísticas reflejan y contribuyen a la formación de identidades culturales en un mundo cada vez más interconectado, sino también nos enseña a poder sentirnos parte de una cultura con la que nunca hemos interactuado. Las redes nos permiten poder conocer nuevos mundos, culturas y costumbres completamente diferentes, que si bien no nos pertenecen, pueden llegar a resonar con nosotros a un nivel completamente diferente. En este sentido, como seres humanos y desde el ámbito del respeto, por medio del arte podemos llegar a conocer nuevas culturas y adoptarlas como nuestras. Nada de esto, hubiera sido posible sin la globalidad que permiten las redes y las nuevas tecnologías.
En esta sociedad digital, la valoración del arte va más allá de la estética tradicional, sino que además, implica apreciar la diversidad, participar activamente y reconocer los desafíos y oportunidades que la tecnología presenta. Comprender que el arte no solo sirve para contemplarlo, y que nos ayuda a enriquecer nuestra experiencia cultural es clave para poder continuar consumiendo arte aún en medio de tanta tecnología, y con ello, perpetuar el gran valor artístico que cada obra tiene.
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