Un sábado cualquiera, invitado por un amigo, Álvaro Suárez, un joven empresario y abogado de Nuevo León, visitó un hospital para llevar dulces a los niños internados. Aunque sentía curiosidad, no le parecía un programa muy emocionante. Sin embargo, como él mismo lo dijo, “Pensé que iba a ser un sábado diferente,